Traducción y turismo


Desde hace mucho tiempo me gusta recorrer Buenos Aires y conocer su historia, sus lugares y su gente. Con frecuencia voy a visitas guiadas o a exposiciones en diversos lugares de la ciudad.

Por eso me interesó mucho el curso sobre traducción para el sector turístico que Alicia Beltrame dio hace unos días en el Colegio de Traductores Públicos.

Alicia es traductora pública y guía de turismo. Su exposición fue muy clara y amena, con mucha información concreta, tanto sobre el crecimiento reciente de esta industria, como acerca de distintas formas de brindar servicios en el ámbito del turismo.


Fue especialmente interesante el análisis de ejemplos reales de traducción inversa de material turístico: folletos, guías y páginas web de organismos públicos y de empresas privadas. Analizamos las redacciones confusas y los errores de traducción, y propusimos otras opciones. (Casualmente, uno de los ejemplos ya había aparecido en
un post anterior).

A partir de esos ejemplos prácticos, volvió a salir una idea que es especialmente importante (y que nunca se repetirá lo suficiente): hacer una buena traducción no es un gasto, sino una buena inversión.

Creo que es natural que, si encontramos material con errores en nuestro propio idioma, se nos genere una duda sobre la seriedad o la calidad del servicio ofrecido. Así como muchas veces elegimos entre diversas opciones a partir de un folleto con mejor diseño o con imágenes atractivas, también la redacción clara y sin errores es un elemento más que tenemos en cuenta a la hora de tomar decisiones.

Sin ir más lejos, hace unos días encontré un folleto de un tour de Buenos Aires que, en la portada, traía una frase en español y en inglés:

Descubrí la Ciudad en un paseo inolvidable

Discover the City on an unforgetable journey

Creo que si, durante un viaje al extranjero, me ofrecieran un “paseo inolbidable”, dudaría un poco antes de aceptarlo.

Las personas que tradujeron el material que analizamos en el curso quizás saben el inglés necesario para comunicarse con los turistas; pero éste no siempre es suficiente para hacer una buena traducción.

A veces se animan a hacerlas porque piensan que los traductores cobramos muy caro. Así logran ahorrar en traducciones y disponen de más dinero para imprimir folletos con buen papel, en colores... y plagados de errores.

Quizás baste con explicarles a las personas vinculadas al sector turístico que pasan un papelón al traducir de cualquier forma. También se les podría hablar de la amortización de costos: como los textos no suelen cambiar con frecuencia salvo los precios o las fechas, los honorarios de traducción se amortizarán fácilmente con las sucesivas ediciones.
(Eso sí: los traductores debemos ser humildes y reconocer que también podemos equivocarnos, como de hecho sucede. Además, aunque no sea excesivamente difícil, también la traducción turística es una traducción especializada).

Los traductores tendríamos que tratar de explicar mejor que, si nos confían la traducción de su material, harán una muy buena inversión.

Y el turista disfrutará más de su visita.